El tiempo de vuelo es un factor crucial al viajar en avión, especialmente cuando se trata de vuelos sin escalas. En este sentido, destaca el impresionante trayecto de Singapore Airlines, que conecta Nueva York con Singapur. Este vuelo, conocido como SQ23, abarca más de 15,000 kilómetros y tiene una duración cercana a las 19 horas.
Despegando desde el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy en Nueva York y aterrizando en el Aeropuerto Changi de Singapur, los pasajeros de este vuelo experimentan un largo trayecto. A pesar de la extensión del viaje, Singapore Airlines ha diseñado su avión para ofrecer el máximo confort, con opciones de asientos en clase business y primera clase que permiten a los pasajeros descansar, trabajar y disfrutar de entretenimiento a bordo.
Para mitigar los efectos del desfase horario, la aerolínea ha implementado servicios especiales, incluyendo menús adaptados a los cambios de zona horaria. Además, las cabinas cuentan con un sistema de iluminación que simula el amanecer y el atardecer, ayudando a regular el reloj biológico de los pasajeros y reducir el famoso “jet lag”.