El Senado aprobó este miércoles la acusación constitucional contra el ministro de la Corte Suprema, Sergio Muñoz, destituyéndolo por 27 votos a favor. Esta decisión marca un hito, ya que Muñoz se convierte en el segundo magistrado expulsado del Poder Judicial en una semana, tras la destitución de Ángela Vivanco. La acusación se fundamentó en el notable abandono de deberes, específicamente por haber supuestamente entregado información privilegiada a su hija, la jueza Graciela Muñoz, relacionada con un fallo sobre un proyecto inmobiliario de la Constructora Fundamenta.
La situación legal de Muñoz se complicó aún más debido a que no denunció la actividad remota de su hija desde Italia durante la pandemia, lo que generó un contexto desfavorable para su defensa. La votación se realizó bajo un quórum rebajado, gracias a un permiso constitucional solicitado por la senadora Paulina Núñez, que se encontraba en el extranjero, lo que algunos parlamentarios oficialistas intentaron impugnar para asegurar el rechazo de la acusación.
El respaldo crucial para la destitución vino de los senadores Ximena Rincón y Matías Walker, de la bancada Demócratas, así como de los independientes Karim Bianchi, Alejandro Kusanovic y Kenneth Pugh. La aprobación de la acusación constitucional resalta un cambio significativo en la composición del Poder Judicial y subraya la creciente tensión en torno a la ética y la transparencia en la administración de justicia.