En una sesión especial, la Cámara de Diputados decidió, con 67 votos a favor, 76 en contra y 7 abstenciones, rechazar la admisibilidad de la acusación constitucional presentada por el Partido Republicano contra la ministra del Interior, Carolina Tohá. La acusación buscaba destituir a Tohá al responsabilizarla de la crisis de seguridad que afecta al país. El diputado Luis Sánchez, uno de los promotores de la iniciativa, argumentó que, a pesar de los intentos del Gobierno de mostrar una disminución en las cifras de violencia, la realidad es que la violencia homicida ha alcanzado niveles sin precedentes en los últimos dos años.
Durante su intervención, Sánchez destacó que Chile se ha convertido en uno de los países más peligrosos del mundo, señalando que solo el 36% de los chilenos se siente seguro al caminar solos por la noche. A pesar de la contundencia de sus argumentos, la ofensiva del Partido Republicano no logró los votos necesarios para que la acusación avanzara al Senado, quedando así desechada.
Un factor determinante en el rechazo de la acusación fueron los votos en contra de dos diputados de Evópoli, Francisco Undurraga y Jorge Guzmán. Además, no se contó con el apoyo de miembros de la bancada de Amarillos, Demócratas e independientes, quienes se abstuvieron, incluyendo a Rubén Oyarzo, Andrés Jouannet y Karen Medina. Esta combinación de votos fue crucial para mantener a Tohá en su cargo y frenar la acusación.