La tragedia que envolvió a una lactante de 6 meses se desató el 4 de septiembre, cuando sus padres la llevaron al Hospital Base de Curicó con lesiones graves en la cabeza que ponían su vida en peligro. En un principio, los progenitores argumentaron que las fracturas eran consecuencia de una enfermedad. Sin embargo, las heridas resultaron ser de una naturaleza más siniestra, lo que encendió las alarmas de los médicos quienes notificaron a Carabineros. La menor falleció el 7 de septiembre, y la autopsia reveló que las lesiones eran de carácter homicida, llevando a la fiscalía a solicitar la detención de ambos padres.

Durante la investigación, se descubrió que la menor había sido atendida en otras ocasiones en centros médicos, el 12 de julio y el 2 de septiembre. La Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) halló que los padres, al detectar que sus visitas podían quedar registradas, se dirigían a distintos centros para evitar que se documentara el historial médico de su hija. El fiscal adjunto de Curicó, Jaime Rojas, destacó que el informe de autopsia y la investigación detallada confirmaron que la menor estaba bajo el cuidado exclusivo de sus padres, quienes ahora enfrentan graves acusaciones.

El subprefecto Erick Cáceres, jefe de la Brigada de Homicidios, explicó que la investigación se realizó de manera meticulosa y reservada, logrando determinar que las fracturas de la menor no eran accidentales sino infligidas por terceros. La investigación reveló una serie de lesiones, comenzando con fracturas en extremidades y culminando en la fatal fractura craneal. En la audiencia de control de detención, la fiscalía formalizó el caso por parricidio, solicitando prisión preventiva para los imputados, medida que fue confirmada por el tribunal con un plazo de investigación de seis meses.