En una horrible tragedia en Honduras, al menos 41 reclusas fueron asesinadas el martes en un motín en el Centro Femenino de Adaptación Social, ubicado a unos 20 kilómetros de Tegucigalpa, capital de Honduras. Alrededor de 26 de las fallecidas murieron quemadas, mientras que otras recibieron disparos o puñaladas. Este miércoles, el número de víctimas habría aumentado a 46, tras el hallazgo de varios cuerpos que estaban «carbonizados y reducidos», precisó la vocera del Ministerio Público hondureño, Yuri Mora. Según un portavoz policial, los hechos se habrían iniciado cuando un grupo de mujeres armadas de la pandilla “Barrio 18”, sometió a los custodios del penal y atacó a sus rivales de la Mara Salvatrucha. Sobrevivientes contaron a la prensa local que las integrantes de ambas pandillas se enfrentaron con armas de fuego y cuchillos. Un bando encerró presuntamente a prisioneras del grupo rival en el módulo 1 de la prisión e inició un incendio con colchonetas y gas. Testigos aseguraron que varias de las fallecidas buscaron refugiarse de las llamas dentro de un baño, lugar donde sus cuerpos quemados fueron encontrados unos encima de otros.