El garzón que fue registrado por cámaras de seguridad en el restaurante del fundo Las Tórtolas el día de la desaparición de María Ercira rompió el silencio y aclaró su rol en los hechos. Aseguró que llevaba 20 años trabajando en el local, negó haber sido parte del equipo de cocina y explicó que salió al exterior únicamente para colaborar en la búsqueda de la adulta mayor, afirmando que “no estaba haciendo nada que no correspondiera”. También señaló que sus movimientos quedaron registrados en video y que, de haber querido ocultar algo, “no me paseo por las cámaras”.

El trabajador relató además que, tras difundirse las imágenes, acudió voluntariamente a la PDI de Limache para ofrecer su testimonio y manifestar su disposición a colaborar con la investigación, lamentando la exposición pública que enfrentó él y su familia. A pesar de haber declarado el mismo día de la desaparición, no ha vuelto a ser citado, dado que no fue considerado un testigo clave en la causa.

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