Un estudio de la Universidad de Talca advierte que la zona central de Chile podría enfrentar temperaturas extremadamente altas durante los próximos meses de diciembre, enero y febrero. Esto se debe a una combinación de factores oceánicos y atmosféricos sin precedentes. El Gobierno ya ha declarado una Emergencia Preventiva en 13 regiones debido al riesgo de incendios forestales.
Este fenómeno se inscribe en una tendencia global, respaldada por las declaraciones del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, quien afirmó que la era del calentamiento global ha dado paso a una «ebullición global». En julio, la Organización Meteorológica Mundial informó que ese mes fue el más cálido jamás registrado.
En Chile, estas olas de calor extremo han generado preocupación, especialmente en el contexto de la megasequía que afecta al país desde 2007. Las ciudades de Santiago, Talca, Chillán y Los Ángeles han experimentado temperaturas récord en los últimos años.
El experto Patricio González Colville, de la Universidad de Talca, destaca cuatro factores que contribuyen a este pronóstico: el aumento de la temperatura global, un evento de El Niño potencialmente fuerte, un récord de calentamiento oceánico y el fortalecimiento del anticiclón del Pacífico. Si bien algunos científicos advierten sobre la dificultad de predecir temperaturas extremas con tanta anticipación, reconocen que las anomalías climáticas récord, impulsadas por el cambio climático y eventos como El Niño, hacen probable un verano con altas temperaturas en el hemisferio sur.
Este escenario plantea desafíos significativos para la ecología, la disponibilidad de agua y la salud pública. A medida que las temperaturas extremas se vuelven más frecuentes, se requiere una mayor atención a los eventos climáticos extremos además del aumento gradual de la temperatura global.